Por: Darío Valle Risoto
En la villa el sortilegio cruel
De una maldición maleva
Proletaria y lumpen escondida
Hace llaga en la soledad.
Un perro sarnoso es la bandera
Y la drogadicción el escudo
De una patria varicosa
Encendida en olor rancio
De podredumbre acumulada.
Tenemos el futuro agazapado
En la angustia hostil y furiosa
De niños morochos que tiemblan
Soportando la pasta base
De un adiós a corto plazo
Hacia las márgenes infernales
De la cárcel, la tortura y la violación.
Nada cambia el fiel formato
Del consumo plastificado
Que expectante vigila a los rotozos
Que se animan a caminar
Por sobre la limpieza hipócrita
De una ciudad espinosa
Rodeada de rejas y milicos.
Y la crónica grandilocuente
Goteará sangre por sangre la muerte
De la estafa irreal y cristiana
De curas putos que opinan
Regodeados en su fe de mierda
Por las pantallas de la televisión.
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